3. La lamentable discrepancia que existe entre la regla y la realidad
La provisión por méritos debe ser el sistema de selección para el ingreso a la función pública, dada la superioridad de este método en comparación con la designación política. Surge entonces la pregunta: ¿existe correspondencia entre la norma y la realidad? Es decir, ¿los funcionarios públicos son designados efectivamente por sus méritos o por otros factores ajenos a esta valoración?
Los estudios de la doctrina sostienen que el análisis de los sistemas de profesionalización en Latinoamérica ha demostrado que, a pesar de décadas de legislación sobre el tema, tanto las buenas prácticas como la experiencia sólida en la materia son escasas. La legislación queda como una mera declaración de principios que no logra materializarse.
4. Tres desafíos y algunas propuestas en pro de la provisión por méritos
Vista la realidad comentada en el aparte anterior, nos preguntamos: ¿qué desafíos presenta en la región latinoamericana la provisión por méritos, que dificultan su implementación?
4.1 El individuo humano es un animal de costumbres
El primer desafío en la provisión por méritos es la resistencia al cambio en las instituciones públicas, que, según Manning y Shepherd (2009), se debe a intereses burocráticos arraigados, culturas organizacionales rígidas, restricciones presupuestarias, falta de programas de gestión de recursos humanos, condicionantes políticos y otros factores.
Para evitar que esta resistencia impida la selección de funcionarios públicos y obstaculice las reformas que buscan fortalecer el sistema de méritos, es crucial implementar estímulos positivos y negativos. Esto permitirá que los funcionarios comprendan los beneficios de la provisión por méritos a corto, mediano y largo plazo, facilitando su aceptación e internalización en las estructuras administrativas. Además, deben percibir que el incumplimiento de esta exigencia legal puede acarrear responsabilidades y sanciones.
5. La designación política debe ser la excepción
La naturaleza clientelar de las designaciones políticas ha generado recelo, ya que, aunque en algunos casos se combinan criterios técnicos y políticos y los cargos son ocupados por personas con títulos y experiencia en la administración pública, la doctrina sostiene que cuando no se valoran los méritos y se decide por lealtades políticas, la falta de estabilidad en el cargo resulta nociva para el desarrollo social y económico de los pueblos. Esto se debe principalmente a la corrupción, que favorece prácticas como el silencio, el encubrimiento, los favores, las prebendas y los sobornos en beneficio de quienes realizan las designaciones.
Reflexión final
La realidad presentada por la doctrina y la práctica ofrece dos opciones. La primera es desistir de la reforma y permitir que la administración mantenga su estado actual, lo que llevaría a los ciudadanos a tolerar la ineficacia y a aceptar que las designaciones en la función pública cada vez respondan menos al interés general, sin posibilidad de control posterior, salvo la elección de una nueva autoridad. La segunda opción es fomentar el cambio en la función pública desde la sociedad civil, no solo a través de cabildeo ante el poder legislativo para lograr normas alineadas con las mejores prácticas, sino también mediante la implementación de sugerencias como las planteadas en este ensayo.